La aportación de la Escuela Normal y las experiencias de aprendizaje formativas

El gran proyecto puertorriqueño, por excelencia, es su universidad. La misma que había sido denegada en tiempos de España, fue creada, por virtud de la Ley de 12 de marzo de 1903 como la Universidad de Puerto Rico. La UPR tiene su génesis en la Escuela Normal Industrial que se había creado en Fajardo en 1900 y un año después, en 1901, es trasladada a Río Piedras, a la casa de verano del Gobernador, conocida entonces como la Escuela Normal Insular.

En esta Escuela Normal comenzó la Universidad y sin ella no existiría el centenario recinto ríopedrense ni la Universidad. Por la Escuela Normal desfilaron los más abnegados maestros: Felipe Janer, Juan José Osuna, Gerardo Sellés Solá, Antonia Sáez, Carmen Gómez Tejera, Ángeles Pastor y Juana A. Méndez, entre otros. Por la defensa que estos hombres y mujeres hicieron de la educación como enaltecedora de las más nobles convicciones del hombre y como medio efectivo de cambio social, lo que se convirtió en 1924 en el Colegio de Pedagogía, hoy es la escuela de preparación de maestros más grande de Puerto Rico: la Facultad de Educación.

La Facultad de Educación de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras, es la facultad más antigua de la Universidad y en ella comenzó la gestión de preparación de maestros, ya que a la llegada de los norteamericanos, muy pocos maestros poseían credenciales de preparación para enseñar, sumado a que la mayoría de los maestros eran españoles y se marcharon cuando España entregó la totalidad de los municipios al régimen militar norteamericano en la Isla el 21 de octubre de 1898.

Hoy, 106 años después, la Facultad de Educación se abre paso en la innovación de la enseñanza, produciendo nuevo conocimiento y fomentando prácticas formativas, reflexivas y liberadoras por parte de sus educandos. Los que aquí se forman, en su mayoría, aspiran a enseñar en los distintos niveles educativos en Puerto Rico y el extranjero. Uno de los objetivos de la educación es proveer las herramientas a los estudiantes para que la curiosidad intelectual se despierte en ellos y puedan comenzar su búsqueda hacia la consecusión de su persona, de su carácter y de sus ideales como puertorriqueño y ciudadano mundial.

Agradezco la oportunidad que me brindaron mis compañeros del curso Tecnología Educativa, en quienes pongo mi mayor confianza, para que, como los grandes maestros, nuestras prácticas pedagógicas liberen de los yugos mentales a nuestros estudiantes, les demos las herramientas y los iniciemos en el proceso de aprender, de conocer, de amar, de estudiar y de vivir. Miguel, Maricelis, María del Carmen, Roberto, Verónica, Ramón, Gladimir, Brisilda, Cristina, Lydia, Yenitza, Ivelisse, Yastka y la Profa. Carmen Pacheco formamos un equipo efectivo donde, el debate, las ideas contrarias y los chistes no faltaron.

Más que consensos, busquemos el disenso. Trabajemos por lo mejor e integremos la tecnología en la vida diaria del salón de clases. Con una breve reseña de la fundación de la Facultad, quiero evidenciar que lo que comenzó como la preparación de maestros, hoy a evolucionado a la enseñanza, la investigación, la integración, el aprendizaje y el compartir sincero y libre entre los que componemos esta augusta casa de estudios.